Sobre la experiencia estética: la conmoción de las imágenes

Este trabajo se propone reflexionar sobre las complejas relaciones entre las imágenes que produce el arte y los procesos de subjetivación que escapan a la fijación en identidades sociales. El punto de partida es la ineludible presencia de imágenes en nuestra cotidianidad, las que traman nuestras rep...

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Autor Principal: Uicich, Sandra Marcela
Formato: Online
Idioma:Spanish
Publicado: Hemisferio Derecho. 2016
Acceso en línea:http://repositoriodigital.uns.edu.ar/handle/123456789/2890
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Sumario:Este trabajo se propone reflexionar sobre las complejas relaciones entre las imágenes que produce el arte y los procesos de subjetivación que escapan a la fijación en identidades sociales. El punto de partida es la ineludible presencia de imágenes en nuestra cotidianidad, las que traman nuestras representaciones en torno al modo de existencia de los sujetos, sus relaciones con el mundo y con los otros. El andamiaje conceptual se nutre de los estudios sobre la cultura de las imágenes técnicas de Vilém Flusser. Para Flusser, las imágenes producidas técnicamente construyen otros (múltiples) mundos, reestructuran la “realidad” y la transforman en un escenario global de imágenes (Cf. Flusser 2001: 13). Por ello, la creación y efectuación de mundos enfrenta –tanto desde el punto de vista estético como tecnológico– “la circulación de la palabra (agenciamientos de enunciación), de las imágenes (percepción común), de los conocimientos, de las informaciones y los saberes (inteligencia común)” en una “batalla por la creación de lo sensible y por los dispositivos de expresión que los efectúan” (Lazzarato 2006: 146). El arte, en tanto ámbito de creación y expresión, participa de esta batalla –ineludiblemente política, en sentido amplio– y en algunos casos rompe con las representaciones sociales y los estereotipos aceptados/aceptables, abriendo el juego a nuevos modos de ser. Esa ruptura es, a la vez, una experiencia estética y política. A partir de dos ejemplos del campo de la fotografía (Ana Alvarez Errecalde, Kelli Connell), se muestra la potencialidad de las expresiones artísticas para conformar nuevas imágenes –mediadas por la tecnología, en la actualidad– que no “muestran” o “representan”, sino que se vuelven “experiencias” vitales al conmocionar nuestros modos de ver y de estar. Estas imágenes desgarran las identidades sociales construidas y afianzadas por el funcionamiento de diversos mecanismos de control que hacen foco en las representaciones colectivas: nos acercan a experiencias que conmocionan, que sacuden los estereotipos aprendidos. Se trata de la creación de imágenes nuevas, de la emergencia de una nueva sensibilidad, una nueva afectividad acorde a nuevos modos de ser, a nuevas posibilidades vitales.